El crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos y el poder adquisitivo de la población en los países desarrollados y en vías de desarrollo estimularán
de una forma exponencial el consumo de proteína animal y, según diversos informes realizados a nivel mundial, podía preverse un aumento del consumo de carne del 73% de cara al año 2050.
Como estamos observando, esta futura demanda de proteína animal se verá acelerada en ciertas áreas del globo terrestre, en donde existen ciudades con una rápida expansión por su recimiento demográfico. Esta demanda de carne deberá ser satisfecha a través de operaciones a gran escala que podrán realizarse gracias a la cría intensiva de animales de producción.