Aunque pueda resultar obvio, voy a comenzar este editorial con un axioma generalizado que debe analizarse y después tomar medidas para cambiarlo en los tiempos que corren: “La política agropecuaria es una gran desconocida para toda la sociedad europea en general y española en particular”. Este supuesto tan extendido resulta algo incongruente cuando dicha política es tan importante para la economía de cualquier país, para su suficiencia alimentaria y para el sostenimiento equilibrado del medio rural y del medio ambiente.