Inmaculada Parrilla Riera
Departamento de Medicina y Cirugía Animal (Reproducción y Obstetricia).
Facultad de Veterinaria. Universidad de Murcia.
Según el MAGRAMA, en 2015 la producción nal porcina superó
los 6.000 millones de euros (el 37% de la PFG y el 14%
de la PFA) y, según datos más actuales de la misma fuente
correspondientes a los indicadores del sector porcino en el
último trimestre del año en curso, la evolución de la producción
en este sector ha seguido aumentando.
Sin duda, una de las herramientas fundamentales para que
la producción porcina se encuentre al más alto nivel es la
inseminación articial (IA) ya que es uno de los pilares fundamentales
para la mejor y más rápida diseminación del
progreso genético. Los sistemas actuales de IA permiten la
utilización de un número de espermatozoides más reducido
por inseminación determinando que el impacto de un verraco sobre
los resultados de fertilidad de una explotación sea mayor, ya que un
mayor número de cerdas es inseminado con semen de un mismo verraco.
Podría, incluso, darse el caso de que en una granja pequeña todas
las dosis de IA necesarias en un año fueran del mismo verraco. Aunque
este hecho tiene aspectos muy positivos desde un punto de vista productivo
y de manejo, también puede suponer un gran riesgo ya que un
fallo en la capacidad fecundante del Un biomarcador o marcador
biológico se puede definir como un indicador que puede
medirse objetivamente y que nos indica si un proceso
es normal o patológico. En el caso que nos ocupa, estos
biomarcadores nos indicarían si un verraco concreto es
normal o anormal en cuanto a su potencia fértil.
semen de ese verraco tendría unas consecuencias nefastas para la producción.