La alimentación es donde está el mayor coste en las granjas
de engorde de porcino, con lo que reducir el consumo de
pienso y ajustar la proteína a las necesidades del animal han
convertido medidas muy efectivas tanto económicamente
como ambientalmente .
Las pruebas ejecutadas durante el proyecto en la Estación
Experimental del IRTA de Monells y en varias granjas comerciales
han demostrado que cambiando la alimentación es
posible generar menos purín y excretar menos nitrógeno,
fósforo y metales pesados, pero sin afectar la producción ni
la calidad de la canal.