Antes de que terminase 2018, el número de focos de peste porcina africana (PPA)
en China alcanzaba la cifra de 102 a lo largo de 23 provincias.
El Ministerio chino de Agricultura ha reforzado las medidas
para tratar de controlar la enfermedad con nuevas
obligaciones para los mataderos. Desde el próximo 1 de
febrero, los mataderos estarán obligados a sacrificar por separado
los cerdos de diferentes procedencias, y no podrán
poner a la venta los productos hasta realizar una prueba de
detección del virus en la sangre de cada lote de animales
sacrificados para verificar que están libres de la PPA.
En caso positivo, los mataderos deberán realizar
el vaciado sanitario y destrucción de todos los cerdos
presentes en sus instalaciones y suspenderán operaciones
para limpieza y desinfección durante al menos 48 horas, según
publica el Boletín Exterior del MAPA.