La carne y los productos curados derivados de los cerdos ibéricos tienen unas características sensoriales
y nutricionales excepcionales que están asociadas al origen genético de la raza Ibérica. Las hembras
Ibéricas se suelen cruzar con machos de la raza Duroc para acelerar tanto su crecimiento y mejorar de
esa manera el porcentaje sobre la canal de las llamadas piezas nobles (jamones, paletas y lomo).