Y es que, de hecho, el precio español está ahora igual de cerca del precio del
cerdo en China que lejos del precio del cerdo en Alemania: a 32 céntimos
por debajo de China y a 31 céntimos por encima de Alemania. Obviamente,
son diferenciales que coartan toda la actividad exterior de los mataderos
españoles, a los que les falta competitividad y margen para vender dentro
de Europa la carne que no pueden exportar a China.