Demasiado peso para subir tan pronto, podrá pensar el matadero, aunque también es cierto que la ruptura de la estabilidad
estaba en la mente de todos desde hace días. Faltaba saber cuándo iba a darse y, pese al estrépito que ha rodeado a esta sesión de lonja, la última semana de enero le ha marcado este punto de inflexión. Que, por otro lado, sigue dejando la cotización española por debajo
de sus medias quinquenales precedentes para esta época del año, pero que es más valiosa todavía porque se da cuando nadie
en el resto de Europa se ha movido todavía.